Hace un par de días fue publicado un artículo en el periódico La Nación que da mucho que pensar y que puede ser muy esperanzador. La generación eléctrica fotovoltaica, tan dejada de lado en Costa Rica durante tanto tiempo, podría salir pronto de su estado vegetativo. Aún y cuando la Asociación para la promoción de la generación fotovoltaica Acesolar se ha preocupado por impulsar la utilización de la energía fotovoltaica, hasta el día de hoy los diferentes proyectos para la regulación de las tarifas de la generación privada duermen el sueño de los justos en los archivos parlamentarios. Quizás durante el 2017 suceda algo en este sentido o quizás no. Consecuentemente no hay un desarrollo sostenido de la generación fotovoltaica y no solamente en Costa Rica sino también prácticamente en toda Centroamérica. El arma, ni tan secreta, en la matriz eléctrica de estos países ha sido y sigue siendo la energía hidroeléctrica. Sin embargo, ya se hacen sentir las consecuencias del cambio climático con la presencia cada vez más frecuente de grandes periodos de sequía. Las lluvias escasean y al mismo tiempo durante la época seca aumenta el consumo de energía eléctrica por la alta utilización de los equipos de aire acondicionado. Da mucho que pensar que en Costa Rica durante el último “invierno” (como se llama en Costa Rica a la época de lluvias) el nivel de las aguas de la represa del Arenal se redujo en 1,5 metros por debajo del nivel programado por el ICE para el mes de octubre. En el primer semestre del año 2106 la producción hidroeléctrica, en comparación con el mismo periodo del año anterior 2015, se redujo en un 4,2%. Los datos que proporciona el ICE pecan de ser muy optimistas. Al mismo tiempo el ICE defiende a capa y espada su posición monopolística en la generación eléctrica y bloquea, utilizando precisamente su monopolio, todas los esfuerzos de los pequeños productores de energía, por ejemplo de la generación fotovoltaica y limita igualmente la instalación de más proyectos eólicos .
El lago Arenal, un lago artificial construido en los años 70, tiene una superficie de 80 kilómetros cuadrados, lo que significa que este año del 2016 , a diferencia del 2015, no se dispuso de 120 millones de metros cúbicos de agua para la generación eléctrica. Esto ha llevado a que el Ministro del Medioambiente y Energía (MINAE), Edgar Gutiérrez, haya señalado que la dependencia del energía hidroeléctrica podría convertirse en un verdadero problema para el país, dadas las circunstancias señaladas del cambio climático y ha exigido del ICE un cambio en su matriz de generación eléctrica, aumentando la participación de las energías alternativas. No solamente el cambio climático representa un problema en este sentido sino también los altos costos de la construcción y del mantenimiento de las plantas hidroeléctricas. Todo esto puede conducir a que el ICE, una institución autónoma con 14.000 empleados, pueda enfrentar en lo futuro serios problemas financieros. En la opinión del ministro, la inclusión de las energías alternativas es el camino para asegurar el suministro eléctrico en Costa Rica dentro de esquemas financieros todavía manejables.
Las energías renovables, y particularmente la fotovoltaica, que han sido durante mucho tiempo atacadas por ser “tecnologías muy caras”, aparecen ahora como “el ancla de salvación”. Incluso ya comienza a pensarse en Costa Rica que hay una necesidad de capacitación para técnicos para estos equipos. A este respecto firmaron Alemania y Costa Rica el año pasado un acuerdo de cooperación para el desarrollo de un sistema de formación dual. Realmente se le está acabando el tiempo a Costa Rica. En el mismo Instituto de Formación Profesional no se aplica todavía el sistema dual y la capacitación de técnicos electricistas para el segmento fotovoltaico tiene más el carácter de un hobby. En estas condiciones le va a ser a Costa Rica muy difícil lograr su ambiciosa meta de ser carbono neutral al año 2021.
Con técnicos bien entrenados y con una nueva estructura de precios- alrededor de 12 centavos/kWh, puede ser atractivo para los consumidores. Los 19 centavos/kWh que el ICE quiere cobrar a las consumidores privados son más comunes en los niveles de precios de los Ángeles (USA). Esa no es forma de castigar a los que no son cumpables.